SÓCRATES EN EL JUICIO DE LOS GENERALES DE LAS ARGINUSAS.

 SÓCRATES EN EL JUICIO DE LOS GENERALES DE LAS ARGINUSAS.

Atenas

406 a.c.

CONTEXTO HISTÓRICO: Durante la fase final de la Guerra del Peloponeso se produjo la última gran batalla naval entre Esparta y Atenas, en las isla Arginusas. El navarca espartano Calicratidas murió en la batalla y la victoria fue ateniense. Pero un temporal impidió que se rescataran los náufragos atenienses, esto provocó un escandaloso juicio en Atenas, presionado por los demócratas más radicales.


PAPEL DE SÓCRATES DURANTE EL JUICIO:

El epístata era el presidente del día del Consejo de los 500, la Boulé (es decir, sólo por ese día le tocaba ser el presidente de la polis de los atenienses)

Sócrates era aquel día epístata de los prítanos (una especie de presidente del día del consejo ejecutivo, los 50 de turno de ese mes para gobernar Atenas, el día en que debía votarse en la Asamblea el juicio contra los generales de la batalla de las Arginusas (406 a.C.).

Este cargo era rotativo diario y sorteado entre los miembros de los prítanos (una subdivisión del consejo de los 500), por lo que el hecho de que justo Sócrates fuera epístata ese día fue una coincidencia notable.

¿Qué pasó?

Después de la victoria naval ateniense en la batalla de las Arginusas, ocho generales fueron acusados de no rescatar a los náufragos tras la batalla. Dos de ellos no regresaron a Atenas, los otros seis fueron juzgados en ausencia.

La Asamblea, impulsada por el clamor popular, deseaba juzgar a todos los generales juntos y condenarlos colectivamente a muerte. Esta decisión violaba los procedimientos legales atenienses, que exigían un juicio individual y garantías procesales.

Como epístata, Sócrates tenía la autoridad de dirigir la sesión de la Asamblea y, más importante, podía negarse a someter a votación una propuesta ilegal.

Y eso fue exactamente lo que hizo: Sócrates se negó a poner a votación la propuesta de juzgar a los generales en conjunto, argumentando que era contraria a las leyes y a los principios de justicia.

Este acto fue una muestra notable de integridad y valentía cívica, especialmente porque iba contra la presión popular en un momento de gran furia.

Al día siguiente, otro epístata permitió la votación, y seis de los ocho generales fueron condenados a muerte. Años después, muchos ciudadanos se arrepentirían del juicio.

Lo cierto es que pocos años después, la desaprobación de Sócrates no due olvidada por los demócratas radicales, y el filósofo fue enjuiciado y condenado a muerte. Por eso su alumno, Platón,  jamás fue partidario de las democracias, prefiriendo en su lugar el gobierno individual de personajes sabios y cultos ( al cual jamás encontró).


Fuentes principales:


Jenofonte, Helénicas I.7


Diógenes Laercio, Vida de Sócrates


Plutarco 


Aristóteles, Constitución de los Atenienses

Comentarios

Entradas populares de este blog

Tiranosauridae basales y Alioramini

PROCERATOSAURIDAE

La estrategia romana a inicios de la Segunda Guerra Púnica.