EXPANSIONISMO MILITAR ATENIENSE EN EL MEDITERRÁNEO

 EXPANSIONISMO MILITAR ATENIENSE POR EL MEDITERRANEO. Siglo V a.c.

Cuando apenas en Roma se luchaba contra los etrusco por el dominio del Lazio, la cosmopolita Atenas también tuvo su vanidoso sueño de lograr convertir al Mar Mediterráneo en un gran lago propio. Las ventajas de extender el comercio por el sur de Europa sin necesidad de intermediarios y controlando directamente los puertos más ventajosos, indujo a algunas personalidades atenienses a proponer planes muy osados. Todo tras la victoria de los griegos liderados por Atenas, en la guerras médicas. 

En aquella "Guerra Fria" de post guerra, Esparta y Atenas se la jugaban por el control del Egeo. Los persas actuaban ahora tras bastidores apoyando a Esparta con su oro, por lo que los espartanos se convirtieron también en navegantes. En Atenas habían sectores oligarcas pro espartanos, pero que actuaron con probado "patriotismo" hacia su polis. Tal era el caso del pro espartano ateniense Cimón, sucesor de Aristides, el fundador de la Liga de Delos.

Cimón fue el gran vencedor de la mayor y ultima batalla acaecida entre griegos y persas por este siglo, la batalla naval y terrestre de Eurimedonte (467), en las costas egeas de Anatolia, en donde el Imperio naval ateniense termina consolidándose , como "defensor" de las poleis griegas contra los sátrapas orientales persas. Cimón llegó incluso a realizar una expedición en la lejana isla de Cipre, pero esta fracasó  y Cimón perdio su vida, en el 450 a.c.


Las galeras tipo trirreme con su espolón de proa, fueron el arma fundamental de las batallas navales de la época. 

Fallecido Cimón, los demócratas como Efialtes aprovecharon para reducir el poder del aristócrata Aereopago. Luego de la muerte de Efialtes, sería Pericles el estratego quien dominaría la política exterior ateniense. Con los persas debilitados por las guerras médicas, en Egipto sucedió una revuelta que Pericles creyó podría sacar provecho enviando una expedición de hoplita atenienses. Pero la suerte no estuvo del lado de los griegos, y los hoplita atenienses tuvieron que resistir sitiados en una isla del Nilo tras la violenta reacción persa. Pocos lograron volver vivos a Atenas.

Temístocles fue otro ateniense, demócrata,  quien tenía intensiones expansionistas. Pero sus enemigos internos lo eligieron para el ostracismo, y como otros atenienses mucho antes, caso de Hipias hijo del tirano Pisotrato, terminó sirviendo en la corte persa.

Pericles aprovechó  y sacó el tesoro de la Isla de Delos y lo trajo a Atenas. Con ese dinero embelleció la Acropolis y reforzó la flota ateniense.

Muerto Pericles, Atenas perdió al más lúcido y prudente de sus políticos. Así fue como oportunistas demagogos como Alcibíades,  logró convencer a los atenienses de otra peligrosa expedición,  esta vez al granero del Mediterráneo,  la isla de Sicilia, en  donde la potente ciudad de Siracusa apoyaba logisticamente con alimentos y recursos a Esparta.

Lo peor es que Alcibíades, acusado en Atenas por crímenes  religiosos, huyó a la propia enemiga Esparta, en donde sirvió  por un tiempo. Dejó en Sicilia al ejército ateniense, entre ellos estaba Nicias, pro espartano que sucedio a Pericles y quien logró  el tratado de paz con los espartanos que lleva su nombre. Los espartanos.mandaron ayuda militar a Siracusa, que en una larga guerra de asedios y contra asedios, vencieron finalmente  a los atenienses. 

Vemos que a pesar de las diferencias políticas que tenían los líderes atenienses, todos coincidían en llevar a cabo una política de expansión que daría mucho mayor poder a la ciudad. Quizás el gran error de los atenienses fue el de delegar la ciudadanía a unos pocos, los nacidos en el Atica, y negarla a todos los demás,  incluso a los extranjeros con años en esa región,  incluso a sus hijos nacidos en el lugar. Esto fue un error que Roma corrigió oportunamente, dando la ciudadanía romana a los itálicos (tras largas guerras)  y luego a los habitantes de las provincias. Solo así, Roma pudo tener suficiente poder para mantener las suficientes legiones de ocupación militar, sobre todo en los limes del imperio.

Finalmente la expedición a Sicilia fracasa, y el siempre mediador Nicias cayó prisionero en las mazmorras de Siracusa. Aún así, tras el fracasó, Alcibiades aprovechó  la inestabilidad política en Atenas, y volvió  a la ciudad. Con el "patriotismo" probado de estos hombres (a pesar de sus traiciones de momento) lucharía de nuevo contra los espartanos en el Mar egeo, pero sus consejos no fueron seguidos por los nuevos capitanes , que imprudente, entraron en combate contra la flota espartana.

Al final, los atenienses perdieron la Guerra del Peloponeso y temporalmente, su querida democracia .

Cimón y la olvidada batalla del río Euridemonte. 476 a.c.:

El periodo de la historia griega antigua, conocido como Penteconteia, fueron los 50 años tras el 479 y el 430 a.c., es decir, entre el fin de la Segunda Guerra Médica y el comienzo de la Segunda guerra del Peloponeso. Ese entreguerra de la antiguedad, tambien lo podriamos llamar una Guerra fria, entre la oligarca y conservadora Esparta, por un lado, y la "democratica y progresista" Atenas, por el otro.

Uno de los sucesos importantes de la época que cito es la batalla de Euridemonte (durante la menos conocida Tercera Guerra Médica), un enfrentamiento colosal, entre la Liga de Delos, con Cimón al mando, contra la flota persa de Jerjes.

 La victoria ateniense fue total, y no solo fue una victoria naval, sino que también por tierra , casi al mismo tiempo, Cimón obtuvo una triunfo mucho mayor que las tan recordadas victorias de Milciades (padre de Cimón) en Maratón, Leonidas en las Termópilas, Temistocles en Salamina, Pausanias en Platea, o mucho despues, en el 404 a.c. Lisandro en Egopostamo.

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