Anibal contra los pantanos y la batalla del Lago de Trasimeno.
217 a.c
Luego de las victorias de Anibal en el cruce del río Ticino y luego en la batalla de Trebia, Anibal Barca tenía el paso casi libre a Roma. Y decimos "casi", porque era necesario recomponer la logística del enorme pero aislado Ejército cartaginés, de unos 35 mil hombres entre aliados galos, celtíberos y los propios cartagineses.
En el río Ticino ( que fue más escaramuza que batalla) resultó herido Publio Cornelio Escipión (padre del hijo del mismo nombre, el futuro Africanus, y quien además se dice lo salvo en dicho enfrentamiento). En la siguiente batalla, la de Trebia,resultó derrotado el cónsul romano Sempronio Longo, quien quedaría execrado de la política romana.
Los nuevos cónsules que salieron a enfrentar a Roma subieron por la Península por dos vías que flanquean años Montes Apeninos. Uno de ellos era el cónsul Flaminio, que por la vía que lleva su nombre ( pues él mismo había sido su constructor) se colocó en una posición para interceptar a los cartagineses.
Pero los espías galos de Anibal conocían un paso secreto por los Apeninos, que permitia llegar a la Etruria y acercarse a Roma. Ese paso era frecuentado por delincuentes, pero tenía el problema de estar lleno de pantanos insalubres para un gran ejército que necesita llevar gran cantidad de material, soldados y caballos.
Anibal y el último elefante, Sirio, cruzando los pantanos de los Montes Apeninos, donde Anibal perdió un ojo.
A los cartagineses sólo le quedaba un solo elefante de los más de 60 que tenía antes de cruzar los Alpes. Este elefante se llamaba Sirio y fue usado en dicho difícil trayecto por Aníbal, quien perdió un ojo por una infección ocasionada por las malas condiciones de esos lugares.
Pero el plan de Aníbal resulto y logró sorprender a los romanos. Anibal y el cónsul Flaminio sabían que se encontraban muy cerca y el encuentro se produjo a orillas del Lago Trasimeno el 21 de junio del 217 a.c.
Un jinete galo con la cabeza de un enemigo, en las nieblas durante la batalla del Lago Trasimeno.
Aquel día amaneció con muchísima neblina que imposibilitaba la visión, hecho que Anibal aprovechó para ocultar a su ejército entre la vegetación, esperando que Flaminio y sus dos legiones con auxiliares atravesarán la orilla del Lago.
Aníbal lanzó un falso ataque para que la caballería romana los persiguiera hasta sus escondites, allí fueron sorprendidos y aniquilados. La infantería romana, que no podían ver lo que sucedía, fue víctima del ataque sorpresa con las aguas del lago a sus espaldas, siendo obligados a retroceder, ya que no estaban formados para el combate. Muchos soldados romanos perecieron ahogados por el peso de sus armaduras, muriendo unos 15 mil contra apenas 2500 soldados de Aníbal.
Tras la derrota, la vía de acceso a Roma quedaba abierta..
CONTINÚA..
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